domingo, 28 de febrero de 2010

Razonar o no razonar

Hace poco ví una película que ha marcado mi forma de razonar. No es que antes no fuese capaz de razonar ni mucho menos, aún no he llegado a nessear tanto como nuestros amigos Pigi7 y Korkay, pero siempre he pensado que cuando aportas tú opinión en una conversación o discutes con alguien, depende de cómo razones, por muy inmoral, horrible, o ness que pienses, si razonas bien, nunca te equivocas.


En Gracias por fumar podemos comprobarlo perfectamente. No voy a comentar en profundidad de qué trata la película, para eso está la sinopsis de la misma en el iMDb. Me limitaré a señalar que el protagonista, con su frase de entrada "Charles Manson mata a gente, yo hablo..." podemos hacernos una idea de qué trata. Aaron Eckhart, en el papel de Nick Naylor, encarna al odiado y por otro lado temible portavoz del lobby del tabaco. Pero va más allá. Este tipo es capaz no sólo de defender los derechos de los fumadores y compañías tabacaleras, sino de dejar K.O. a aquellos que intentan desbaratar todo aquello relacionado con el tabaco, ya sean grupos anti-tabaco, asociaciones pro-salud, médicos, políticos...Es decir, para que os hagáis una idea, es como meter en un ring de boxeo a Mike Tyson y a Pablo Motos, el resto pensadlo por vosotros mismos.



Precisamente es la capacidad de razonar lo que nos diferencia de los animales, aparte de otros cabos fisiológicos y biológicos que la evolución (bendito Darwin) se ha encargado de separar (en algunos casos es difícil de verlo, pero al menos en teoría es así). Pero, lo más importante es, y no es de extrañar, que a diario veamos en los medios de comunicación barbaridades que bien razonadas podrían resultar atractivas, o incluso ideas o comentarios decentes que mal razonadas parecen sacadas del salón de juegos de Vlad Tepes. Quizás por eso me gusta ver debates energéticos en cuanto a la energía nuclear o renovables se refiere, o porqué entre los científicos e ingenieros se debate el uso del petróleo o biocombustibles, o yendo a lo más mundano, cómo delincuentes salen inocentes de un juicio gracias a las argucias de los abogados defensores sorteando los baches (o aprovechando los vacíos) de la legislación, razonando y argumentando de tal forma que un jurado piense que de declararle culpable siete de sus generaciones irán al infierno de cabeza. Y es que un razonamiento y/o argumento correcto puede suponer muchas cosas, no sólo tener la razón de lo que discutes, puede suponer la diferencia entre quedar libre o no, entre volver a casa con trabajo o sin el o, simplemente, y creo que lo más importante de razonar correctamente, cuando no hay datos contrastados sobre un tema, es donde el tipo que razona bien noquea al tipo que no, así de fácil.

Como nota final, un pequeño diálogo de la película:

¿Tiene América el mejor gobierno del mundo? y, ¿Qué constituye el mejor gobierno?¿El crimen?¿La pobreza?¿La enseñanza? Aunque América tuviera el mejor gobierno, no podríamos demostrarlo, pero América tiene la alucinante habilidad de obtener beneficios reventando tarifas y llevándose puestos de trabajo a países tercermundistas, o lo bien que ejecutamos a delincuentes.

Así que ya sabeis, si no os convence, el trailer puede que os despierte el lado cinéfilo por el argumento:



Agradecer a Flegma por descubrirme esta película, sin él hubiese pasado de largo sin conocer esta magnifica obra del razonamiento humano.