jueves, 24 de diciembre de 2009

El Azar & El hombre de los dados

“Al principio fue el Azar…y el Azar estaba con Dios, y el Azar era Dios. Estaba con Dios desde el principio. Todas las cosas fueron hechas por el Azar y sin Él nada de lo hecho hubiese sido hecho. En el Azar estaba la vida y la vida era la luz de los hombres…”

Con este fragmento recogido de la introducción del libro “El hombre de los dados”, quiero comenzar esta tercera entrega de mi joven y novicio blog.

Ya introduje al Azar en la segunda entrega, en la cuál como podréis recordar tratábamos de explicar el fenómeno conocido como Pigi (o mejor dicho, hacer el Pigi). Sin embargo tratamos sobre Éste de forma efímera y muy brevemente. Ahora me apetece destaparlo con más detalle, ya que me resulta digno de admiración cómo algo tan banal como el Azar dictamina un gran número de sucesos, a veces estúpidos y a veces tan importantes que nuestra vida se pone en manos de este pequeño cabroncete.
Para algunos el Azar no existe, pues “todo está escrito”. Para otros, los sucesos generados del azar no son más que coincidencias fortuitas o, simplemente, somos tan Pigis que a algo que tenía que ocurrir fruto de hacer el Pigi (sí amigos, os recuerdo que hacer el Pigi es hacer el idiota) ocurre inevitablemente.

Por ejemplo, en el Poker, algo de lo que medianamente controlo, el Azar compite con la Estadística en un heads up (mano a mano para los raritos que no entendáis de Poker, sí, los raritos sois vosotros, en esta vida hay que saber de todo). La Estadística es nuestra aliada cuando jugamos bien, correcta y técnicamente. El Azar, en cambio, es esa entelequia que no esperamos que participe, pero que, inesperadamente, se hace dueño muchas veces de la situación y derrota a nuestra fiel amiga dejándonos pelados. Los que saben jugar tratan de minimizar el Azar; los Pigis, en cambio, se alían con Éste en un pacto infernal en el cuál todo es posible, desde la mayor ganancia posible, al mayor despilfarro y consecuente ruina.

Sin embargo, el Azar se puede utilizar para “nuestro provecho”, y ahí entra una figura que hemos introducido en el prólogo: El hombre de los dados.



El hombre de los dados es un sujeto cuya vida se rige por el Azar en toda su plenitud, es decir, todas las decisiones que debe tomar no las decide él, sino sus dos fieles amigos, un par de dados de 6 caras. Podréis pensar, que el hombre de los dados es similar a Pigi, pero no es así. El hombre de los dados rige su vida en función del Azar pero sin querer lucrarse a partir de él. No pretende ser mejor persona, ni tener más bienes, ni ganar más dinero o poder. Los dados serán los que decidan por él.

¿Cómo pueden decidir un par de dados las decisiones de alguien? Simple, basta con escribir en una hoja doce decisiones a tomar (en función de las combinaciones entre los dados) y cada decisión se resume a una tirada de dados.

“Vaya una idiotez” pensarán algunos. Lo es, si realmente tus decisiones son idioteces o fruto de hacer el Nesss, ya que cada uno es libre de elegir las decisiones que toma. Podemos un día coger una moneda y decidir a cara o cruz si salimos a la calle, o si salimos a un bar, o decidir al Azar qué beberemos. ¿Pero qué ocurre cuándo introducimos opciones que requieran actos de dudosa moralidad? ¿Qué pasaría si en las posibles opciones una de ellas es pedirle a la camarera que se acueste contigo y otra con el camarero, pese a que eres heterosexual? Aquí es donde se distingue al verdadero hombre de los dados de un vulgar ilusionista que trata de jugar a discípulo de un Azar en el cuál de Azar no hay nada, ya que elige lo que más le conviene e incluso termina por no obedecer al resultado del dado. ¿Y si una de las opciones es acostarse con la novia/esposa/madre de tu mejor amigo?¿Y si en una de esas opciones está el hacer un trío con dos desconocidas? De eso trata nuestro libro, pero va mucho más allá.

El hombre de los dados es maleable (vaya, esto hace evocar a un conocido mío, que sin ser un hombre de los dados, su voluntad se rige en función de alguien, a modo de Dios o gurú, al cual sigue cual autómata por períodos finitos de tiempo), adopta una personalidad distinta acorde al resultado de los dados cuando decide que personalidad va a tener en las próximas horas, días, meses, o incluso años. Él decide durante cuánto tiempo y los tipos de personalidades las decide el dado, o, incluso, el dado elegirá también durante cuánto tiempo debe adoptar dicha personalidad…

Así pues, el hombre de los dados siempre obedece la voluntad del dado, aunque éste le lleve a perpetrar actos perversos, oscuros, e incluso actos que infrinjan las leyes. Este tipo individuo, esquizoide para algunos, interesante para otros, cuyo destino es tutelado por un nuevo Dios, el Azar, se describe en la novela de Luke Rhinehart, la cual os recomiendo. La paradoja es, que nuestro amigo Luke Rhinehart, es psiquiatra, hecho que hace aún más graciosa la historia. Quizás sólo un psiquiatra pueda superar las barreras morales para actuar como un hombre de los dados… ¿quién sabe?¿seriáis capaces de abrazar a esta religión de 6 caras?

¡Nesss!

3 comentarios:

Ignatius Reilly dijo...

Muy buena entrada. Hace la pila de años que me recomendaste este libro y aún lo he leido, de hecho lo había olvidado. Pero parece entretenido, así que intentaré hacerme con él estas navidades.

PS: técnicamente son sólo 11 opciones. Bueno, 11 opciones a menos que cuente como tirada válida el hecho de que un dado caiga de canto y se sostenga de algún modo sobre uno de sus vértices. Aunque bien pensado, eso también debería estar sujeto al azar. ¿Regreso al infinito de tiradas previas fundamentadoras del número de opciones a condiderar? Maldita sea, soy un puto pigi. Nessss.

Fer dijo...

En realidad - hace eones que me leí el libro en cuestión, que por cierto, tiene segunda y tercera parte - las opciones de personalidad son 6 y 11 son las que plantea a sus hijos (de los cuales, el pequeño elige como opciones cosas que desea hacer: comer un helado, ir al parque, a lo que Luke le responde que debe poner algo que no le apetezca...como suicidarse).

El hombre de los dados es maleable (vaya, esto hace evocar a un conocido mío, que sin ser un hombre de los dados, su voluntad se rige en función de alguien, a modo de Dios o gurú, al cual sigue cual autómata por períodos finitos de tiempo) ...sin duda tremendo, más aún el inciso de "conocido" (a.k.a. pigi)...todos los años deberíamos apostar quién va a ser su nuevo/a gurú...escarnio señoras y señores, escarnio!! XDDD!

Mr. Decay dijo...

No quiero ni pensar si uno de los dados cae de canto...seguramente habría una catástrofe similar a la de Flash Forward, de eso estoy seguro.

Así me gusta "Flegma", que destroces el libro para aquellos que no lo han leído aún y les quites las ganas al son de Nesss. Por cierto, sé de alguien que en una época fue su gurú...out.